Propuesta de Reforma Académica

La Coherencia de la Capacitación con la Responsabilidad Personal

Resumen

Mediante argumentos amparados en nuestra Carta Magna, se propone el delineamiento de un proyecto cuyo objetivo es hacer que a la mayoría de edad, el adolescente después de una escolaridad de 12 años (de los 6 a los 18 años) y financiada por el Estado, sea capaz de desempeñar un trabajo profesional o al menos un trabajo útil y dignamente remunerado.

Que una persona sea responsable de sus actos a los 18 años, sin haber alcanzado su independencia económica, es una disposición absurda.

Objetivo

Educación financiada por el Estado hasta la edad de 18 años, e incluye:

 

  • Estudios primarios (5 años).
  • Bachillerato especializado (3 años).
  • Estudios Profesionales o Universitarios (4 años).
  • Auto culturización continua (2 años) o diferida (hasta 5 años), financiada por el propio estudiante.

Este ensayo es escrito con desinterés y libertad, pero con la pretensión de contribuir a establecer un debate a escala nacional, tendiente a encontrar la salida a la crisis social que nos asfixia. A éste debate, Ud. estimado amig(o)(a), está cordialmente invitad (o) (a). Mediante argumentos legales, se intenta demostrar la obligatoriedad que tiene el Estado de programar y financiar la educación de su gente hasta la edad de 18 años; y, se propone una Reforma a la Educación para que, a la edad citada, el adolescente tenga independencia económica.

Para garantizar la vida, honra y bienes de la comunidad, tal como lo ordena la Constitución, el Estado ha de velar por la formación integral del individuo.

Justificación del Objetivo

1. Sustentación Natural – Legal

Hay un imperativo ético y otro económico, que no pueden ignorarse cuando se trata de formar una sociedad digna. El primero alude a la formación del niño con amor y comprensión, para llegar a ser una persona íntegra, capaz de vivir en sociedad, como se indicó anteriormente. El imperativo económico es la capacidad del adolescente de ganarse la vida a la edad de 18 años, desempeñando un trabajo útil y bien remunerado.

La evolución biológica ha determinado que las personas, a la edad de 18 años, tengan capacidad de razonamiento abstracto, libre albedrío (capacidad de actuar con responsabilidad en todos sus actos) y dotados de gran fortaleza física. Estas facultades, habilitan a la persona para ser autosuficiente y adquirir compromisos solidarios sin necesidad de tutores. Así lo ha entendido el Estado y ha declarado en forma sabia, la mayoría de edad a los 18 años.

2. Preambulo de la Carta Magna

Nuestra Carta magna reza en su PREAMBULO: “EL PUEBLO DE COLOMBIA, POR SUS DELEGADOS A LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE, INVOCANDO LA PROTECCION DE DIOS, Y CON EL FIN DE FORTALECER LA UNIDAD DE LA NACION Y ASEGURAR A SUS INTEGRANTES: LA VIDA, LA CONVIVENCIA, EL TRABAJO, LA JUSTICIA, LA IGUALDAD, EL CONOCIMIENTO, LA LIBERTAD Y LA PAZ, DENTRO DE UN MARCO JURIDICO”…

Si el Estado Colombiano no le garantiza a su juventud la oportunidad de alcanzar estas virtudes, todo lo descrito en nuestra carta, será una utopía. Oportunidad que sólo se puede realizar si el Estado se encarga de financiar los estudios y preparación de todos sus adolescentes, hasta la edad de 18 años. Con un pueblo intelectual y económicamente insolvente, es imposible realizar la patria que sueña las virtudes descritas en el preámbulo de nuestra constitución.

3. Igualdad y Libertad

El artículo 13 de nuestra Carta dice: “Las personas nacen libres e iguales ante la ley y recibirán la misma protección y trato”…»el estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adopte en favor de los grupos discriminados y marginados”. La libertad es la suma total de nuestras posibilidades –dime el monto total de tus posibilidades y yo te diré cuán libre eres-; y, la igualdad es la equivalencia de oportunidades, que en nuestro caso concreto sería el disfrute de las opciones necesarias para que el adolescente se realice como persona íntegra. La única garantía para alcanzar el propósito descrito en el citado precepto, es hacer que el Estado financie la educación y formación de sus adolescentes, para que a la edad de 18 años, sean gente digna y con independencia económica. Cualquier otro procedimiento es –en su posición más dignificada- una ilusión.

4. Derechos Inalienables

El artículo 5 dice: “El estado reconoce sin discriminación alguna, la primacía de los derechos inalienables de las personas y ampara a la familia como institución de la sociedad”. Pero no hay derecho más inalienable de las personas ni mejor amparo a la familia, que la educación del adolescente, financiado por el Estado, hasta la mayoría de edad. Su recíproco es verdadero: un adolescente, sin la oportunidad de educarse, constituye una amenaza para la familia y para la sociedad. Esta conclusión, justifica una vez más los objetivos propuestos.

5. La Personalidad

Las asignaturas del bachillerato pueden ser clasificadas en 3 categorías: Ciencias Naturales, Ciencias Sociales y Ciencias Exactas, y, el tiempo que se dedica a cada una de estas áreas, es aproximadamente el mismo. Al estudiante que le gusta una de estas 3 ciencias, ordinariamente tiene animadversión por las otras 2: no tiene motivación y/ o no posee predisposición para ellas. Esta situación se agrava si se tiene en cuenta la incompetencia de gran parte del profesorado, la mala dotación de los Colegios, la precariedad económica de muchos de los estudiantes. No obstante la carencia de motivación, el estudiante tiene que estudiar “contra viento y marea”, las asignaturas que no le gustan, para poder ser bachiller e ingresar a la carrera de su predilección y realizarse como persona. El tedio con el que el estudiante afronta la mayor parte de las materias del bachillerato, constituye, posiblemente, la causa principal de la deserción escolar; y, la forma en que el sistema obliga a estudiar con tal desánimo o a desistir del empeño, constituye un flagrante desacato al artículo 15: “todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad, sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico”. Lo anterior implica la obligatoriedad que tiene el estado, de cambiar el plan de estudios del bachillerato, por otro más congruente con la personalidad de cada uno, como el bachillerato especializado en Ciencias Naturales, Sociales y Exactas. Aquella fobia que el estudiante tiene por la mayoría de las asignaturas del bachillerato, se traduce en un despilfarro del tiempo, que puede ascender hasta el 66%. De lo anterior se infiere, que la misma capacidad que tiene un bachiller para seguir una determinada carrera, la tendría cualquier estudiante que se hubiese consagrado durante 2 años, a estudiar las materias afines a esa carrera. Estos argumentos, justifican la adopción de un bachillerato especializado en Ciencias Naturales, Sociales y Exactas, con una reducción de tiempo a tres años.

6. Bienestar y Calidad

El artículo 366 de la Constitución Nacional, dice: ”El bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población, son finalidades sociales del Estado. Será objetivo fundamental de su actividad, la solución de las necesidades básicas insatisfechas de salud, de educación, de saneamiento ambiental y de agua potable”… Todas estas pretensiones, son una utopía mientras no haya gente idónea –en cantidad y en calidad- para programar y realizar tan anhelados preceptos: con gente ignorante no se hacen cosas sabias. Otra vez más, la falta de gente proba, constituye la causa primordial de desacato a la Constitución.

Por ésta razón, es perentorio –por seis veces demostrado-, que el Estado, con programas adecuados, asuma el costo de la Educación y preparación de todos sus adolescentes, hasta la edad de 18 años.

7. Desacato a la norma de las normas

Dice la Carta Magna, en su artículo 4: “La Constitución es norma de normas. En caso de incompatibilidad entre la Constitución y la Ley, u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales”; de donde se infiere la perentoria necesidad de derogar gran parte de las leyes y normas del plan educativo colombiano, para sustituirlas por otras que sean coherentes con nuestra Carta Magna.

La forma en que el Sistema obliga a estudiar con desánimo o a desistir del empeño, constituye un flagrante desacato a la norma de normas…

A estas incompatibilidades y desacatos de la Ley con la Norma de las Normas, se ha llegado por los intereses creados: se legisla en función de los intereses de la casta dominante, y no en pro del bien común.

Los 7 argumentos aquí esgrimidos, son confirmados por el Padre de la Patria, cuando dice*: “La nación será sabia, virtuosa, guerrera, si los principios de su educación son sabios, virtuosos y militares. Ella será imbécil, supersticiosa, afeminada y fanática, si se le cría en la escuela de estos errores. Por esto es que las sociedades ilustradas, han puesto siempre la educación entre las bases de sus instituciones políticas. De ahí que pueda afirmarse que las naciones marchan hacia el término de su grandeza con el mismo paso con que camina la educación. Ellas vuelan, si esta vuela, retrogradan si retrograda, se precipitan y hunden en la oscuridad, si se corrompe o absolutamente se abandona”.

*Lecuna, Op. Cit., pág. 1290.

8. Delineamiento del Ante Proyecto

En su forma más general, este delineamiento se puede sintetizar así:

1- Seis años de esmerada atención en el hogar, financiados por los padres (véase la primera parte de esta propuesta).

2- Cinco años de primaria orientados preferentemente según la concepción de Morin y de Rousseau: la enseñanza de lo que significa ser humano: que el niño descubra sus propios preceptos y verdades, y el amor a la virtud, respectivamente. Tres años de bachillerato especializado y por créditos, en: Ciencias Naturales, Ciencias Sociales y Ciencias Exactas. Un bachiller especializado en algunas de estas áreas, tendría un bagaje de conocimientos equivalente al de un estudiante de segundo semestre de la carrera respectiva. En consecuencia, las carreras en general, podrían reducirse a 4 años, con una capacitación profesional igual a la que en la actualidad provee la Universidad Colombiana. El estudiante, así formado, tendría permiso para trabajar sin título, hasta 5 horas diarias y culturizarse.

3- Culturización: La disposición anterior, le daría al estudiante, el tiempo y estipendio necesarios para financiar su propia formación cultural, que le permitiría ubicarse temporal, espacial y socialmente, como un ser humano.

Esta preparación, a distancia, o presencial, es indispensable para titularse como profesional en su campo respectivo. Para ello, el estudiante tendría 5 años máximo. Un programa de esta naturaleza, se haría por créditos, de una serie finita de programas y actividades culturales, el estudiante tomaría unos cuantos créditos, -100 por ejemplo-, que lo certifiquen como persona culta.

Entre estos créditos habrían algunos de carácter obligatorio, como: conocimiento de la Constitución Nacional, legislación de su respectiva carrera, conocimiento de la historia y geografía nacional, dominio básico del inglés y habilidad e idoneidad en la presentación y redacción de informes científicos y tecnológicos. Los demás son opcionales y el aspirante a titularse optaría como hobby, a: bellas artes (música, escultura, danza, literatura); deportes físicos y mentales, idiomas, talleres afines a la ciencia, la técnica y el arte; historia, filosofía y cualquier tipo de  conocimiento ajeno a su profesión. Además presentaría en su debido momento y ante la autoridad competente, un soporte, histórico, sicológico, sociológico… cuando se estime necesario.

9. Bondad del Proyecto

Las ventajas de este proyecto, son entre otras, las siguientes:

1- Reduce la escolaridad de 16 a 12 años, sin menoscabar la capacidad del profesional actual.

2- Por la razón anteriormente anotada, reduce en un 25% los gastos para la formación de un profesional.

3- Eleva el nivel cultural de la región: Por tener profesionales, gente idónea, laboratorios, etc. Los bachilleratos especializados se convierten en instituciones de ciencias básicas que pueden funcionar en pueblos pequeños (20.000 habitantes por ejemplo).

4- Disminución de la deserción escolar. Al estar el estudiantado haciendo algo de su agrado, la eficiencia aumenta y la deserción escolar disminuye, -véase LA PERSONALIDAD (punto 5 de esta propuesta).

5- Versatilidad: A un estudiante que opte por un oficio (por ej.: ebanistería, agricultura, mecánica,…) su orientador profesional, le indicaría en el momento adecuado, las asignaturas o créditos pertinentes que el estudiante debe cursar en las tres “instituciones básicas”, para aprender los conocimientos indispensables que le permitan ingresar al instituto pertinente para capacitarse en el oficio de su predilección.

6- Habilidad: El estudiante graduado como bachiller especializado –como ya se dijo-, tendría los conocimientos de un estudiante de segundo semestre de su respectiva carrera; y, si por los azares de la vida, no pudiere continuar sus estudios, con un poco de entrenamiento (talleres, seminarios, lecturas, etc.) podría desempeñar cargos como auxiliar de profesionales afines a sus respectivo campo, ya que tendría los conocimientos básicos para ello.

7- Capacitación cultural: Es lo más novedoso de esta propuesta, es “la inversión de la pirámide”: En la actualidad, el estudiante “adquiere cultura” y luego se profesionaliza, en cambio, con el esquema propuesto, el estudiante adquiere la capacidad económica e intelectual para continuar su educación cultural por cuenta propia –en el más amplio sentido de la palabra-; pero ahora, no de manera arbitraria, ni deshumanizada, sino de una forma lúdica, en donde el estudiante selecciona sus conocimientos a entera satisfacción, para titularse como profesional.

La Cultura es la urdimbre de significaciones, atendiendo a las cuales los seres humanos interpretan su existencia y orientan su acción. En esa urdimbre, el arte tiene un papel preponderante en las relaciones humanas.

Vinimos a este mundo a servirle a la humanidad y a realizarnos como personas: alcanzar la plenitud y darle esplendor a la vida; y, estas condiciones exigen preparación y cultura, sin ellas una persona sería “el bárbaro moderno, retrasado 2000 años en relación a su época” -como diría Ortega y Gasset en una ocasión como ésta-.

La virtud comienza con el bienestar económico, y por esto podemos afirmar que la capacitación profesional es una promesa de virtud, siempre y cuando, la persona se unja con el esplendor del ánimo y del divino entusiasmo que nos hace sentir poseídos de la divinidad: el arte.

Si la información es el mensaje susceptible de modificar el comportamiento de un sistema, el arte es el mensaje grato y/o bello, capaz de generar un sentimiento. Por eso el arte es expansión y no compresión; es la mente abierta y no cerrada, enconchada en un problema mezquino; es la concordancia y armonía de los decodificadores entre sí y de estos con el codificador: une las partes y elimina las contradicciones y nos abre el camino para la interpretación holística del universo.

El arte, en especial la literatura, nos ayuda a entender la sociedad y a armonizar con ella. La carencia del arte, se paga con la injusticia social, la esterilidad espiritual, y el desprecio a la vida propia y ajena. Los países que no cultivan el arte, están sujetos a retroceso, aún los países subdesarrollados: pues “no hay mal que no pueda ser peor”, así lo enseña ‘Las Leyes del absurdo’, de Murphy.

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